lunes, 7 de octubre de 2013

PRÁCTICA BLIJ

La educación en el futuro

Juan Cervera Borrás

La idea extendida del fracaso de nuestro Sistema Educativo ha influido en la búsqueda de posibles soluciones a este problema, aunque parece que los remedios que se proponen solo son la muestra de la educación ideal deseada para el futuro. Una educación que inevitablemente se construirá en base al pasado (nuestro presente) teniendo en cuenta tanto las exigencias de la futura sociedad como la herencia de la situación actual. Por este motivo la educación no cambiará tan drásticamente como se pueda creer ahora. 

Dos propuestas para mejorar la educación pueden ser la desescolarización de Iván Illich o la escuela sin muros que plantea Mac Luhan. La primera promueve el fin de concebir la escuela como una institución. La segunda, una enseñanza que gire en torno a los medios de comunicación social con el uso de las nuevas tecnologías, las cuales forman parte de la vida cotidiana del alumno acercándose a la realidad del mismo. Las tecnologías también proporcionan la posibilidad de medir los resultados para controlar de manera más individualizada si cada discente ha adquirido los conocimientos esperados. Sin embargo, una enseñanza programada no atiende a las respuestas libres y subjetivas del alumnado, por lo que las tecnologías no son la única solución. 

La escuela del futuro debe contribuir a desarrollar la creatividad con una educación selectiva que escoja los conocimientos fundamentales para la formación del individuo, partiendo de una actitud crítica a la hora de tomar estas decisiones. 

Por otro lado, la calidad de la enseñanza podría mejorar con la creación de un cuerpo único de docentes donde independientemente del nivel educativo en el que enseñen todos tengan los mismos derechos y casi idéntica preparación. Aunque parece simplemente una solución a las reivindicaciones e intereses socioeconómicos del profesorado, lo cierto es que se hace necesario un aumento común de la formación en Pedagogía y Psicología de los maestros, ya que muchos carecen de estos conocimientos. Por eso, para mejorar la calidad de la educación es importante impulsar una investigación pedagógica y didáctica que no se centre solo en la investigación científica. 

Para concluir, pienso que la educación del futuro debe intentar corregir los aspectos que no funcionan en la actualidad, sin acudir únicamente a las nuevas tecnologías y otros elementos que simplemente sirven como complemento de la enseñanza. Además, aunque en nuestra futura profesión docente intentaremos no repetir los componentes que consideramos inadecuados de la metodología que utilizaban nuestros maestros del pasado, será inevitable imitar alguno de los modelos de éstos por diversos motivos. De ahí a que la enseñanza dependa siempre del pasado.

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